sábado, 22 de agosto de 2009

Mes de Agosto



Canto a la Pachamama
A la memoria de mi hijo Rodrigo Díaz
aquí en la Tierra y allá en el Cielo.


Que la Tierra sea grande
Que la Tierra se agrande
Que estallen los racimos
Que se encienda el tabaco
Que de la caña emane la mística ambrosía
y sea como nácar la sal, cristales transparentes
de la diadema de la Pachamama.

Señora de la siembra, de la siega, dueña absoluta del maíz, de la aloja,
el trigo, la cebada
Tu infinito reinado
donde brilla perenne tu excelso trono.
De interminables territorios soberana.
Que para ti florezca la albahaca,
El lino te perfume
Que te vistan los lirios…

Eternamente grávida, doncella impenetrada
Y te siga fecundando el sol
Preñada por el viento, madreselva.
Sea la luna guardiana de tu alcoba
Donde están las montañas,el valle,las llanuras,
tus soldados, veraz escolta
somos tus hijos, tus soldados

Tus vasallos confiados
Plenamente agraciados
Blancos, morenos
Hombre, mujer, niño
Joven, anciano.
Vivos y muertos…
Tiembla y retumba tu furor sagrado
cuando el cráter estalla y él no se desploma
Tumba y retumba Pachamama
Mamá, maná…

Llena eres de magia, de profundo misterio
Plena eres de gracia
Madre del grano de mostaza
Del vino de la bodas
Del pan multiplicado


Te bendigo por hembra prodigiosa
Señora de las cabras y de los ruiseñores
Que no nos falte el hambre
la gratitud saciada
que nada te profane
que no se burle nadie
ni ofenda tu virtud constante.
Que nadie te traicione,
ni nuestra propia sangre.
Ni viole tu fecunda pureza genesiaca.

Y renazcas por siempre
Para que no olvidemos
Que nos viste nacer
Alimento de leche y miel
Paciente nodriza de ricos y de pobres.
Siempre de parto enaltecido, madre dolor
Constantemente alerta, jardín cerrado
Mater, mater dulchissima...




Que algún día al irnos
Por el sendero de tu huerto
Tu seno nos cobije Pachamama,
alimentemos raíces de lapachos
La flor del ceibo
El azul de los tarcos
Mamá , maná, pan florecido
Vino de sangre

Cuídanos siempre, no permitas que los sabios
O el odio te destruyan.
Te dejamos la huella de los pasos
Solo eso.
Perdón por tanta indiferencia
y desamor, Madre admirable
tennos piedad
y seas bendita,
bendita para siempre.
Madre… Mama mamá
Bendita seas y habites en la cumbre
En nuestra mesa
Pacha, cuna de roble
Telar y terciopelo
Pesebres de corzuelas y vicuñas,
Niña del águila en la frente.
Mama novia del valle en que nacimos
por el cual vivimos.
Cántanos en los erkes, los sikus, las guitarras
La brisa toda
Una canción de cuna
Arrullo de oro y tul
Y aromes con tus venas
Mama grande,
Mama Gracia…
Delante de nosotros, todo lo prodigioso


Cántanos siempre…
Silenciosamente gracias mama Pacha
Religiosamente gracias Pachamama.

Graciela Gonta